lunes, 13 de julio de 2009

Viajeros sin estrellas. Otra forma de conocer una cultura


Fotografía: Joel Martínez
Montse Fernández – Natalia Puga / Tánger.
Una de las primeras lecciones vitales que recibidos al aterrizar en Tánger es que “no es lo mismo visitar un país como turista que como viajero” y los seis voluntarios de Amarante que comenzaron el domingo su andadura en Marruecos ya se han dado cuenta de esta diferencia. Si de verdad quieres conocer un país, tienes que mezclarte con su gente y profundizar en sus costumbres y su cultura desde dentro. El que lo hace es un verdadero viajero. Adrián, Ana, Cristina, Diego, Noelia y Silvia son verdaderos viajeros.

Convivir con una familia sin conocer el idioma y demostrar que el entendimiento es posible ha sido la primera prueba de fuego que se han encontrado nuestros voluntarios nada más llegar a Tánger. Si hay una impresión en la que coinciden todos ellos es la hospitalidad del pueblo marroquí: “No me dejan sola en ningún momento, están todos siempre pendientes de mi”, aseguraba Cristina en la primera reunión de trabajo en el local de Attawassoul. El sentimiento de soledad no tiene cabida a pesar de encontrarse con la dificultad del idioma; se sienten tan “cómodos” en las casas que les han asignado que no dejan de sorprenderse por la sencilla adaptación a un país que desde fuera veían tan cerrado a los demás.

Los problemas de comunicación han sido para ellos la principal traba en sus primeras horas de experiencia como voluntarios, ya que resulta difícil enseñar otro idioma cuando no conoces el de tus alumnos. Hubo momentos del día en los que se sintieron desilusionados (“es frustrante querer comunicarse y no poder, nos agobiamos porque no nos sentíamos útiles para las mujeres”, indicaba al respecto Diego nada más concluir la jornada de trabajo), pero han conseguido salvar el escollo.

Su clase inicial de español a las trabajadoras de Attawassoul ha resultado igualmente productiva gracias a las ganas de aprender y la ilusión que ponen en todo lo que hacen estas mujeres. Las más de diez horas de trabajo que acumulaban sobre sus hombros no les impidieron acudir a las actividades propuestas por los voluntarios de Amarante y no borraron sus ansías por empaparse de otra cultura que aunque vecina es tan diferente a la suya.

Si hubo un momento que mereció la pena del primer día de trabajo de los voluntarios en el centro fue el intercambio cultural que cerró la jornada. El interés por la otra cultura fue mútuo y se generó un debate muy enriquecedor en el que la diferencia de idioma era lo menos importante, perdía peso frente a la curiosidad por conocer lo entresijos de uno de los pilares fundamentales de cualquier sociedad: la familia.

Este primer día ha despertado aún más las ganas de ayudar y de ser útiles que movió a Adrián, Ana, Cristina, Diego, Noelia y Silvia a emprender este viaje tan enriquecedor para ambas partes.

3 comentarios:

  1. Fantásticas las fotos de Joel. Son capaces de despertar tus sentidos y pensar que uno está ahí con vosotros en Tánger. Además, en las crónicas se nota que lo estais disfrutando muchísimo. Ánimo y un abrazo.
    Estrella

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  2. Una precisa aproximación a labor del voluntariado gallego en el Magreb. Las dificultades iniciales de la barrera idiomática suele ser compensadas con otra serie de resultados que, seguramente, no tardarán en aparecer sin pedir permiso. Emocionantes primeros pasos de una expedición de Agareso cargada de deseos, ilusión y mucha voluntad por comunicar desde otras realidades. Bicoss y abrazosss

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  3. Hola a todos. me alegra mucho leer las cronicas que vais mandando. Desearos todo el animo del mundo y tranquilos que estoy segura de que esos cinco viajeros están haciendo una labor estupenda. y a vosotros tres prometo que voy a estar pendiente del blog, para que no esteis solos en este gran proyecto. Me gusta lo que estoy leyendo por que hay momentos que me hacen recordar mi gratificante experiencia en Ecuador. Un abrazo muy grande y muchos besos.

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