domingo, 19 de julio de 2009

Boubker El Khamlichi: “Sin esta experiencia, las obreras no habrían podido ver la igualdad entre los seres humanos”


Fotografía: Joel Martínez
Montse Fernández - Natalia Puga / Tánger.
A primera vista puede parecer evadido de la realidad, sus silencios y la calma que desprende su persona pueden confundirse con indiferencia, pero tras esta fachada encontramos a una persona comprometida con la lucha que defiende. Sindicalista, político y un gran militante social, Boubker El-Khamlichi, representante de la asociación de mujeres obreras Attawassoul, se ha convertido en los últimos días en el Cicerone de los voluntarios de Amarante en el camino para conocer la situación laboral de las mujeres en Tánger. Convencido de que las propias trabajadoras son el motor del cambio hacia una estructura laboral más justa e igualitaria (en la que se garantice, por encima de todo, la dignidad de las personas), ha querido trasmitirles la importancia de su presencia en Marruecos, pues para las integrantes de la asociación son la referencia de otras culturas y modos de vida, y les ayudan a experimentar un proceso de apertura entre ellas mismas y hacia la sociedad. También lanza un aviso a navegantes, recuerda a los viajeros que “cuando se vayan, su visión de la realidad habrá cambiado”


- ¿En qué crees que es positiva la presencia de los voluntarios de Amarante para los miembros de Attawassoul?- Yo creo que es una iniciativa muy positiva, es la tercera experiencia entre Amarante y Attawassoul. Yo creo que uno de nuestros objetivos es que las sociedades se conozcan, se comuniquen, convivir, conocer el uno del otro, aceptarse…
Este tipo de experiencias son muy importantes para las obreras, porque de otro modo no habrían tenido la ocasión de ver la igualdad entre los seres humanos, no habrían tenido la oportunidad de ver las diferencias e igualdades. Esa comunicación por si misma es muy positiva. Por ejemplo, en la playa hemos visto que las obreras, a través del contacto, han cambiado su actitud, su comportamiento, para ellas es un acontecimiento muy importante. El interés para los compañeros de Galicia radica en que la gente española empieza a ver a nuestra sociedad de otro modo, a conocer más profundamente una realidad más verdadera de nuestra sociedad.

- Los voluntarios han quedado muy impresionados al conocer las condiciones laborales de las mujeres. ¿Desde la fundación de Attawassoul se ha registrado alguna mejora?
- La mayoría de las empresas del textil violan los estatutos de los trabajadores y a nivel laboral no se puede hablar de mejoras. Los salarios no han aumentado casi nada y la vida se ha encarecido en los últimos tres años de una forma brutal: vivienda, productos alimenticios… y la evolución del SMIG (Salario Mínimo Garantizado) ha sido del 5 por ciento… La mayoría de las empresas no respeta el salario de las mujeres. Ahora estamos haciendo una serie de encuestas sobre el porcentaje del nivel de compra de las mujeres respecto a hace tres años.

- Amarante ha podido conocer las condiciones de trabajo de las fábricas del textil, pero las trabajadoras de Attawasoul también están en otras industrias. ¿Cuáles están peor?
- El sector de las gambas es el peor, en él las obreras trabajan entre doce y quince horas diarias con un salario muy pequeño que no llega al 60 por ciento del SMIG y donde las condiciones sanitarias son muy graves. También está el cableado, que en apariencia es el mejor, ya que se respeta la Seguridad Social, pero que si lo analizamos en profundidad también está en una situación delicada, ya que la mayoría de estos empleados merecerían un salario mayor porque son más cualificados y tienen un sistema de trabajo por turnos que les impide tener una vida equilibrada. Algunos tienen trastornos psicológicos graves y no pueden ocuparse de su familia.

- ¿Cuál es el principal problema que padecen, el bajo salario o las malas condiciones laborales?- La falta de respeto a la ley laboral actual. Lo más grave es la prohibición del derecho a defenderse, derecho sindical, de organización… está totalmente prohibido que puedan organizarse para defender sus derechos, están a merced de lo que quiera el patrón.

- ¿Qué hace falta para que mejore la situación de estas trabajadoras?- Que haya capacidad de organización, sin ella no pueden mejorar, que haya capacidad de movilización de las obreras para defender sus derechos, sino tienen que aceptar las condiciones de la patronal. En principio, depende de los partidos políticos y sindicatos, pero, sobre todo, de las personas que creen en la necesidad del cambio y de las propias obreras para que puedan concienciarse de esta necesidad.

- Desde algunos sectores de la sociedad marroquí, se han criticado los últimos procesos electorales. Ahora que estamos a punto de celebrar los diez años de la coronación de Mohamed VI, ¿en qué ha cambiado la situación del país con respecto a Hassan II?- Mucho, el enriquecimiento más agudo de la clase dominante. Las dos últimas elecciones (las de diputados de septiembre de 2007 y las comunales de junio) han demostrado que el proceso democrático es rechazado por la población. La participación ha sido muy baja y demuestra que el proceso democrático ha rechazado totalmente. Podemos decir que si no se avanza a nivel democrático, educativo y sanitario, sobre todo, hacia los más pobres, habrá una continuación de los tiempos de Hassan II. Las últimas elecciones fueron las peores de la historia a nivel de sobornos porque la gente no quería participar y cualquier método era válido para llevar a la gente a la urna. En Tánger se han llevado camiones de obreras para ir a votar sin saber a quien votaban y sino las echaban. Ha llegado a un punto crítico.

- ¿Se ha notado la crisis económica que se vive a nivel mundial en las fábricas de Tánger?
- Sí, algunas fábricas han echado a la calle a más de 600 obreros.

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