sábado, 11 de julio de 2009

Objetivo: mirar el mundo desde otra perspectiva



Fotografía: Joel Martínez
Montse Fernández - Natalia Puga / Pontevedra. Tienen la mirada puesta ya en el sur, las emociones a flor de piel y un sinfín de esperanzas depositadas en esta experiencia. En tan sólo unas horas, seis voluntarios del programa Xanela Aberta ao Sur de Amarante partirán rumbo a Tánger, ciudad que combina a la perfección las costumbres marroquíes con la occidentalidad que le otorga estar a sólo un paso de Europa. El nerviosismo, la curiosidad y la convicción de que lo que van a vivir no les dejará indiferentes revolotean en sus mentes y conviven con esa inquietud que uno siente siempre hacia lo desconocido.

¿Qué les espera al otro lado del Estrecho? Las dudas les invaden y les gustaría que alguien arrojase un poco de luz sobre tantos interrogantes, pero saben que nadie puede hacerlo, que cada experiencia es única y encontrarán las respuestas por si mismos en cuanto recorran el largo camino que les separa de la sociedad marroquí. Y es que esta maraña de sensaciones no esconde sino un deseo, una esperanza de regresar con un objetivo cumplido. Para unos es saciar la eterna curiosidad hacia lo desconocido. Para otros, empaparse de otras realidades. Para todos, conocer la situación del sur desde otra perspectiva, conocer en primera persona una sociedad totalmente diferente, a veces injusta, y otras fascinante.

El objetivo general de Xanela Aberta ao Sur es, para Amarante, acercarle la realidad de los países del sur a la población para profundizar en las relaciones Norte-Sur y en el conocimiento de la situación actual de estos países, impulsando de esta forma las relaciones fraternas entre los pueblos.

Los seis voluntarios que parten hacia Tánger el próximo sábado comenzaron ya hace cuatro meses el camino hacia este destino. Lo hicieron de la mano de un programa de formación que les ha acercado al complejo mundo de las ONGD y de las injustas relaciones entre los países, pero es ahora cuando se enfrentan al tramo final y definitivo hacia este conocimiento. Delante tienen un largo recorrido en el que beberán del intercambio cultural, se alimentarán de toda una retahíla de vivencias novedosas y sorprendentes y se enriquecerán de la convivencia dentro de un grupo heterogéneo en el que sus miembros muy poco tienen que ver entre sí, más allá de una motivación común para viajar: alcanzar una visión menos distorsionada, estereotipada y vacía de perjuicios de la realidad del Magreb.

Una vez que se empapen de una sociedad tan antagónica y vivan una experiencia que rompe al cien por cien con sus vivencias previas, habrán alcanzado su destino. Allí les esperaremos para conocer sus impresiones, pero, mientras tanto, esperamos poder compartir sus risas y sus lloros, sus momentos de crecimiento, sus impresiones, sus sorpresas, todo el elenco de sensaciones, pensamientos, sentimientos que les separan de su objetivo: mirar el mundo desde otra perspectiva.

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